Nos alejamos de los ritos y creencias populares de inicio de año para darte recomendaciones avalados por expertos en psicología laboral para alcanzar lo que te propongas en este nuevo año… laboralmente hablando.
Todos conocemos a esa persona que parece tener su vida completamente realizada. Tiene éxito en el trabajo, una aparente gran vida personal, se las ingenia para hacer ejercicio con regularidad y parece estar siempre preparada para todo. Quizá pienses que han vendido su alma al mismísimo Darkseid.
Aunque eso puede ser cierto, lo más probable es que haya dominado el arte de ser proactivo. Hoy vamos a analizar esa palabra que tanto hemos escuchado y qué significa, para poder darle un uso dentro de nuestros nuevos objetivos laborales para 2022. Si pensabas que ser proactivo era otro requisito más de relleno en las ofertas laborales, estás equivocado.
Según la Real Academia de la Lengua Española, proactivo o proactiva es quien "toma activamente el control y decide qué hacer en cada momento, anticipándose a los acontecimientos”. Esto significa pensar en el futuro y centrarse en las cosas que puedes controlar en lugar de en todas las que no puedes. También significa asumir responsabilidades.
Al otro lado y rayando en el antónimo de ser proactivo, ser reactivo significa simplemente esperar a que las cosas te sucedan, las circunstancias dictan tus acciones en lugar de que tus acciones dicten las circunstancias.
Ambas incluyen un estímulo y una respuesta que se da como resultado de este. En medio, está tu libertad para elegir cuál será tu reacción. ¿Será proactiva o reactiva? Si no estás seguro de cuál eligirías, aquí tienes algunas preguntas que te pueden ayudar a averiguarlo:
Una mentalidad proactiva empieza por darse cuenta de que uno no es producto de sus circunstancias, sino de sus decisiones. Una de las características más importantes de una mentalidad proactiva es centrarse en las cosas que están bajo tu control. A veces las cosas que nos ocurren no son culpa nuestra, pero siempre son nuestra responsabilidad.
La mentalidad proactiva suele estar entrelazada con la mentalidad de crecimiento. Si tienes una mentalidad de crecimiento, no te rindes cuando te enfrentas a un reto, sino que persistes; no ves los fracasos como algo malo, sino como la oportunidad de crecer; te inspira el éxito de los demás en lugar de la envidia. Tu objetivo es crecer y mejorar continuamente.
¿Estás abierto al cambio? Las personas proactivas lo están. Tampoco tienen miedo de hacer cambios positivos por sí mismas, pasando a la acción en lugar de esperar a que todo lo que quieren aparezca mágicamente ante ellos.
Cuando una persona reactiva comete un error, pondrá excusas o culpará a todo el mundo menos a sí misma: las circunstancias, la gente que le rodea, Mercurio retrógrado. Cuando una persona proactiva comete un error, lo reconoce, se responsabiliza de él, lo corrige y aprende de él.
Ser proactivo en tu trabajo empieza por ser consciente. Saber lo que se avecina, a quién afectará y qué podría salir mal. La organización es la clave para manejar una gran carga de trabajo, así que tómate el tiempo necesario, diaria o semanalmente, para tener una buena idea de tus próximas tareas y proyectos.
Desde esta perspectiva, estarás en mejor posición para tomar medidas proactivas para realizar tus tareas y mitigar los problemas. Aquí algunos ejemplos prácticos:
Las personas proactivas también son conscientes de los efectos negativos del estrés en nuestra salud y harán un esfuerzo consciente para desestresarse y encontrar un buen equilibrio entre el trabajo y la vida privada.
Alcanzar la proactividad no parece difícil si tienes en cuenta lo siguiente:
Reúne toda la información necesaria antes de empezar lo que sea que estés haciendo. Cuanto más sepas, más preparado estarás para tomar decisiones en las que confíes. No puedes tomar decisiones si no sabes lo que estás haciendo.
Formarte y perfeccionar tus conocimientos con la frecuencia necesaria. Ser un aprendiz permanente en lo que sea que estés haciendo te mantendrá en la cima de tu juego, y te impulsará hacia éxitos cada vez mayores.
Ten en cuenta que no todas las personas prosperan en todos los entornos. Puede que tengas que cambiar lo que haces para asegurarte el éxito. Si al principio no tienes éxito, inténtalo de nuevo, pero si estás fallando continuamente, puede que tengas que probar otra cosa.
Las personas proactivas suelen tener grandes logros y alcanzan el éxito profesional más rápidamente si se encuentran en el entorno adecuado. Sin embargo, la proactividad puede ser un arma de doble filo.
No hay que ser proactivo a toda costa, especialmente en el trabajo. A veces hay que leer el ambiente y averiguar si será apreciado. No todos los entornos de trabajo son abiertos y saludables: en algunos lugares de trabajo, puede traer más daños que beneficios.
El desarrollo de las habilidades interpersonales es necesario porque, en algunos casos, ser proactivo puede percibirse como algo molesto u odioso. Por otro lado, hay situaciones en las que es mejor ser reactivo. Si tu compañero de trabajo se está desahogando contigo, tal vez sea mejor escucharle y ser su hombro para llorar.
Además, ten en cuenta que no puedes planificar y predecir todo, a veces las cosas simplemente pasan. Tal vez tus objetivos tengan que modificarse debido a un cambio de circunstancias o tal vez te encuentres con un obstáculo inevitable que nadie podía prever. La vida es imprevisible y a veces te obliga a ser reactivo. Eso también está bien, padawan.