No es imposible mejorar la productividad laboral en momentos en los que no estamos dando el 100%.
Tenemos que hablar de algo sin sentirnos mal al respecto: no todos somos productivos todo el tiempo. Existen momentos, situaciones o etapas en la vida de cada uno en la que, por diferentes razones, no estamos dando lo mejor de cada uno en nuestro trabajo. Y eso no nos hace pésimos trabajadores, solo nos hace seres humanos.
Un mal momento en casa, un duelo, una enfermedad, problemas financieros, discusiones con amigos, o simplemente una falta de motivación con el trabajo pueden ser algunas de las muchas razones por las que nuestro rendimiento disminuye. A todos nos ha sucedido, y no existe una cura general para problemas tan específicos.
Lo que sí podemos hacer es darte algunos tips para que, mientras resuelves ese motivo que está afectando tu desempeño, puedas mejorar considerablemente tu productividad y así poder responder a lo que en tu trabajo esperan de ti. No hace falta que los hagas todos, haz uso de ellos según te convenga y disfruta de volver a la cima del desempeño laboral.
Existen personas nocturnas y personas diurnas. No todos empezamos el día de la misma forma. Para unos levantarse de la cama e iniciar el día es una tarea dura, mientras que para otros es la mejor parte del día. Pero hay algo que funciona para los dos perfiles que puede garantizar no agobiarte por la jornada laboral.
Considera aprovechar tus mañanas para centrarte en ti mismo. Empieza bien el día ignorando los correos electrónicos antes de la jornada laboral y toma un buen desayuno, lee las noticias, medita o haz ejercicio. Una vez recargues esa energía para ti, lo más probable es que seas mucho más productivo al iniciar bien tu jornada, y así poder programar las tareas más exigentes en tu momento personal de máxima productividad, sea cuando sea.
Lo que muchos venden como la capacidad de hacer varias cosas a la vez es mortal para la productividad. Diversas investigaciones demuestran que la productividad puede reducirse hasta en un 40% por los bloqueos mentales que se crean cuando se cambia de tarea. Es preocupante también que un estudio de la Universidad de Londres mostró que el coeficiente intelectual de algunos hombres que realizan varias tareas desciende hasta 15 puntos.
Otros estudios también han indicado que el “multitasking” podría dañar físicamente el cerebro. En lugar de hacer todo al mismo tiempo, aumenta tu productividad prestando toda tu atención a una tarea a la vez. Cuando tus ojos y tus manos empiecen a desviarse hacia otra cosa, piensa en lo importante que es no dañar tu cerebro.
Las listas de tareas son una ayuda invaluable para la productividad. Te organizan, te permiten concentrarte y te recompensan con un sentimiento de satisfacción cuando puedes marcar las cosas que has realizado.
Si haces (o actualizas) una lista de tareas al final de tu día de trabajo, no perderás tiempo al comienzo del día siguiente buscando entre los pendientes. Incluso puedes compartir tu lista con alguien de tu equipo o proyecto, te puede ayudar a considerar cosas que olvidabas.
¿Cuántas tareas tienes en tu lista generalmente? Sea cual sea el número, te sentirás bien cuando termines cada uno de ellos y los taches. Pero nunca serás el Superman de la productividad a menos que taches algunas tareas antes de hacerlas, porque una mayor productividad exige concentración.
Centrarse significa reducir las opciones. Así que cada noche, cuando revises tu lista de tareas pendientes, hazte dos preguntas:
Delegar en términos de productividad es como empezar a usar una pistola de clavos para construir una casa. Una vez que la usas, te sorprenderá de lo rápido y fácil que es el trabajo. Si lo haces bien, claro. Para muchos directivos y empresarios delegar es como darse un chapuzón en agua fría: entran con entusiasmo, pero con la misma rapidez se salen del agua.
Cuando delegas correctamente tienes más tiempo para dedicar a tu propio trabajo. La clave es asignar la tarea correcta a la persona adecuada -una persona que sabes que tiene las habilidades para hacer el trabajo y en la que puedes confiar para que lo haga- y luego dejarla hacerlo. Hay que acostumbrarse, pero te sorprenderá lo productivo que puedes ser cuando simplemente delegas.
Nadie discute la importancia de la concentración, y hay ciertas cosas que son mortales para ella y que demandan atención constante. Y para muchos de nosotros, los que demandan esta atención son las redes sociales y el correo electrónico.
Para ser productivo, tienes que silenciarlos. Cierra el correo electrónico y apaga las notificaciones del teléfono si necesitas concentrarte por completo. ¿Eres un adicto a Instagram o Twitter? Utiliza las redes sociales como una recompensa. Permítete “X” minutos de navegación después de realizar una tarea importante. Luego apágalo y vuelve al trabajo.
Varios estudios han demostrado que la actividad física mejora el funcionamiento cerebral. Esa mejora proporcionará una mayor concentración, más creatividad y un aprendizaje más rápido. El ejercicio también aumenta también las capacidades afectivas de su cerebro, lo que significa que te resultará más fácil llevarte bien con los demás. Si puedes hacer ejercicio en tu pausa de la comida, verás que la mitad de la jornada será mucho más alegre.
Las personas felices son más productivas. En un estudio de la Universidad de Maastricht en 2017 mostró que los optimistas realizan más ventas y consiguen más comisiones. Más concretamente, sólo los optimistas que están dispuestos a serlo mostraron un mayor éxito. Después de todo, el optimismo es la expectativa general de obtener buenos resultados sobre los malos en la vida.
Último pero quizá el más importante. Hacer que el ejercicio forme parte de tu rutina es solo una de las cosas que debes hacer cada día para estar en tu mejor momento y ser más productivo.
Duerme bien (mínimo ocho horas), sigue una dieta saludable, bebe mucha agua, deshazte de tus malos hábitos, ya sea fumar o rodearte de gente tóxica, y sé amable contigo mismo y con los demás. Tómate tiempo para ti y haz cualquier cosa (sana) que te recargue y refresque.
Cuanto más sano estés, más productivo serás. Y cuanto más productivo seas con tu trabajo, más tiempo tendrás para dedicarte a lo que quieras.