Los valores no son un lindo discurso, sino una herramienta estratégica para alcanzar los objetivos de una empresa.
Los valores son un concepto abstracto. Para que nosotros, a un nivel muy pequeño, seamos capaces de conducir nuestro día a día de acuerdo con nuestros valores, es necesario que establezcamos una metodología que convierta estos conceptos abstractos en comportamientos concretos. Veámoslo a través de un ejemplo.
Un ejemplo puede ser el valor del “trabajo en equipo”. Si quieres que tu equipo se guíe por este valor, primero debes indicarles qué significa trabajar en equipo (valor de la hermandad o de comunidad). Los objetivos serían primero apoyar a los miembros del equipo cuando lo necesiten, proteger el interés común del equipo, y ser amables y generosos entre los miembros.
Luego hay que implementar comportamientos cotidianos para alcanzar esos objetivos. Si alguien del equipo tiene una presentación importante, los demás deberán animarlo y demostrar interés por el resultado de esta. Si alguien del equipo tiene una fecha límite de entrega de proyecto y se ve agobiado, los demás deberán estar dispuestos a ofrecer apoyo para sacarlo adelante.
La gestión por valores pretende ayudarnos a crear un conjunto de valores que nos dirijan a ser más productivos, más éticos y satisfechos como seres humanos. Estos tres objetivos son también los tres grupos a partir de los cuales debe formarse el conjunto de los valores:
El pastel de los valores es un modelo creado por la psicología y ayuda a tener una imagen más clara de la forma en que uno quiere gestionar su vida. Si el pastel contiene los tres grupos de valores, uno puede dividir el conjunto (el 100%) de la forma que le convenga. Cada porción de la tarta contiene los valores de ese eje. Cada rebanada contiene hasta 3 valores, por lo que el total de valores de la tarta estará entre tres y cinco valores.
El tamaño de la letra de cada valor expresa la importancia que tiene este valor para el propietario del pastel. Un valor que está escrito en un tipo de letra pequeño representa un valor relativamente menos importante en comparación con un valor que está escrito en un tipo de letra más grande. Cada valor tiene sus objetivos, puedes incluir hasta cinco objetivos para cada valor.
El pastel de valores ofrece una visión holística del conjunto de valores: la distribución de los ejes, los valores que hay en cada eje, su importancia y sus objetivos. La tarta refleja la forma en que uno quiere gestionar su vida, y por tanto es una herramienta muy útil cuando se quiere gestionar una empresa a partir de valores.
Un ancla asegura una embarcación marítima a un lugar determinado en el océano, sin que la embarcación sea arrastrada por el viento, las olas y el flujo del océano. Usando el ancla como metáfora, comportarse según los valores significa comportarse en los límites que permite la cuerda del ancla: ni demasiado firme ni demasiado flexible.
Cada persona decide por sí misma cuál es la "longitud" correcta de su cuerda. El ancla de valores está designada para confinar a la persona en un espacio de comportamiento correcto, sin que se deje llevar por determinantes internos (necesidades psicológicas) o externos (presión social).
Se pueden determinar un ancla de valor para los valores escogidos para gestionar tu empresa.
Por ejemplo, en tu organización eligen "la planificación" (que es un valor pragmático-económico) como valor de ancla; el objetivo para el que diseñaron el espacio es "trabajar según el plan de trabajo". Luego puedes establecer comportamientos de planificación inflexibles cerca del ancla, cosas como "No empezar una tarea antes de que esté coordinada con el plan de trabajo".
Más lejos estaría "No está al día en el plan de trabajo, pero me he coordinado con los otros responsables del proyecto". Esto estaría en el límite del espacio, la cuerda del ancla no puede alejarse más. Los miembros del equipo no deberían comportarse así. Completamente fuera del espacio de valor, se puede incluir "No está al día en el plan de trabajo, pero no importa, estará bien". Puedes acordar con tu equipo que nunca se comportarán de esta manera.
Tener una tarta de valores y un ancla de valores para cada objetivo de la tarta, proporciona un mapa completo de cómo debe comportarse un grupo si quiere gestionar su grupo según estos valores.
El mensaje de valores busca aplicar todo lo anteriormente visto, y tiene la estructura de MBI (Management por instrucciones) - MBO (management por objetivos) - MBV (management por valores).
Un ejemplo puede ser cuando un trabajador le dice a su jefe que quiere tomarse unas vacaciones a final de mes. Un mensaje de valor puede ser "No puedes irte de vacaciones una semana antes de entregar el proyecto. Eres un líder de equipo y debes mostrar tu dedicación haciendo coincidir tus vacaciones privadas con el calendario del proyecto".
En este caso el mensaje se construye a partir de los siguientes bloques:
Como líderes, los mensajes se transmiten a través de la conducta diaria. Todo el día los líderes sugieren, hacen cumplidos, piden cosas a sus seguidores. Si consiguen construir sus mensajes en una estructura MBI-MBO-MBV - añadir al comportamiento, el objetivo y el valor, estas cosas serán mejor interiorizadas, y la persona será capaz de generalizar y entender cómo deberá comportarse en otras situaciones.