Las pymes pueden tomar propiedad de sus datos y aplicaciones sin tener que depender del funcionamiento de terceros. Conoce cómo.
La colaboración es clave en el mundo laboral moderno. Por esto, las ventajas de las SaaS son indiscutibles: colaboración y posibilidad de acceder a los datos desde cualquier dispositivo. A medida que hacemos más de nuestra vida y trabajo a través de estas aplicaciones en la nube, nos volvemos más dependientes de ellas, y sus datos son más valiosos para nosotros.
Aunque te permiten acceder a tus datos en cualquier lugar, todo el acceso a los datos debe pasar por el servidor, y sólo puedes hacer las cosas que el servidor te permite hacer. De cierta forma, no tienes la plena propiedad de esos datos, sino el proveedor de la nube. En palabras de un conocido dicho friqui: no hay nube, es sólo el ordenador de otra persona.
Cuando los datos se almacenan en "el ordenador de otro", ese tercero asume cierto grado de control sobre esos datos. Las aplicaciones en la nube se proporcionan como un servicio; si el servicio no está disponible, no puedes utilizar el software, y ya no puedes acceder a los datos creados con ese software. Si el servicio deja de funcionar, aunque puedas exportar tus datos, sin los servidores no hay manera de que sigas ejecutando tu propia copia de ese software. Por lo tanto, estás a merced de la empresa que proporciona el servicio.
Sin contar con el enorme capital de una gran empresa para comprar tus propios servidores, ¿cómo garantizar que seas el dueño de tus datos y tus apps sin arriesgar las ventajas de la colaboración en la nube?
Está creciendo una tendencia que permite tener el concepto de propiedad de las antiguas aplicaciones (guardadas en disco local, por tanto, los datos son totalmente tuyos), y la facilidad de colaboración que dan los servicios en la nube: la deslocalización del software.
En las aplicaciones en la nube, los datos en el servidor son tratados como la copia primaria y autorizada de los datos. Si un cliente tiene una copia de los datos, es simplemente un caché que es completamente dependiente al servidor. Cualquier modificación de los datos debe ser enviada al servidor, de lo contrario "no ocurrió".
La filosofía de la deslocalización busca invertir estos papeles: se trata a la copia de los datos en tu dispositivo local (portátil, tableta o teléfono) como la copia primaria. Los servidores siguen existiendo, pero guardan copias secundarias de tus datos para facilitar el acceso desde múltiples dispositivos.
La filosofía “open source” ha abierto una democratización del desarrollo digital. Los softwares deslocalizados cuentan con código abierto para garantizar la propiedad de todos los desarrollos que se hagan a partir del código fuente, así como la mejora del software a partir de la colaboración y el intercambio de ideas.
La filosofía del código abierto aplica también para el control de tus servidores. Como tú decides donde se alojan tus datos y eres dueño de ellos, tú también puedes decidir quién tiene y dónde están tus servidores.
No querrás hacer viajes de ida y vuelta a un servidor para interactuar con la aplicación. Las operaciones se pueden realizar leyendo y escribiendo en el sistema de archivos local, y la sincronización de datos se realiza en segundo plano.
Funciona en varios dispositivos. Las aplicaciones con prioridad local mantienen sus datos en el almacenamiento local de cada dispositivo, pero los datos también se sincronizan en todos los dispositivos en los que trabaja el usuario.
Esto se deriva de la lectura y escritura en el sistema de archivos local, y la sincronización de datos se produce en segundo plano cuando hay una conexión disponible. Esa conexión puede ser de igual a igual entre dispositivos, y no tiene por qué ser a través de Internet.
En las aplicaciones deslocalizadas, la colaboración en tiempo real está a la altura de las mejores aplicaciones en la nube actuales, o incluso lo mejoran. Alcanzar este objetivo es uno de los mayores retos a la hora de hacer realidad el software deslocalizado, pero no es imposible.
Esto funciona para todo momento. En un nivel se consigue esto si se conserva una copia de la aplicación original (y un entorno capaz de ejecutarla). Mejor aún es si la aplicación local utiliza formatos de archivo abiertos o de larga duración.
Las apps que dan prioridad a lo local pueden utilizar el cifrado de extremo a extremo para que los servidores que almacenen una copia de sus archivos sólo contengan datos cifrados que no puedan leer.
Nos referimos a la propiedad en el sentido de la pertenencia del usuario, la autonomía y el control sobre los datos. El software de deslocalización permite poder copiar y modificar los datos de cualquier manera, escribir cualquier pensamiento, y ninguna empresa que preste este servicio debería restringir lo que se le permite hacer.
Lo cierto es que esta tendencia está en etapas muy iniciales pero que están avanzando rápidamente. Hace dos años se trataba de algo de lo que muchos informáticos conversaban solo en foros, pero ahora se trata de una realidad que muchas pymes están implementando porque guarda lo más precioso para cualquier negocio: tu información.
Puedes consultar soluciones como NextCloud, que te ofrece todo un hub de herramientas de colaboración para tu empresa. Leantime es también una herramienta que se encarga de toda la gestión de proyecto, y que, gracias a su código abierto, puedes adaptar para que se acomode a tus necesidades. TrueNas es un servidor de almacenamiento de código abierto que también permite ser el dueño de tus datos, siempre en cualquier lugar.
Cualquiera que sea la tecnología SaaS que elijas, recuerda siempre garantizar que sigan los ocho aspectos que te mencionamos. Cuando tienes una pequeña o mediana empresa, tu información es lo más importante para crecer, y la deslocalización de software te ayuda a mantener tuyos tus datos, donde sea que los quieras tener.