Muchos pequeños empresarios creen que llevando ellos mismos la contabilidad de su empresa se ahorrarán dinero.
La mayoría de nosotros tiene un recuerdo vivido de sus primeros días de vida laboral. Muchas empresas se encargan de dar una introducción a sus nuevos trabajadores, en donde, además de recibir instrucciones generales del funcionamiento de la oficina y el equipo, también hablan de la empresa y qué la mueve. Es decir, sus valores.
Pareciera que el tema de los valores suena más a un discurso moral, pero esto no puede estar más lejos de la realidad. La utilización de valores por parte de las empresas cambió la forma en la que se gestiona las organizaciones, y ha permitido abrir la puerta a varios de las ventajas del sistema de trabajo occidental actual que muchas veces damos por hecho.
Los valores de una empresa determinan su ética laboral, su forma de hacer negocios, de interactuar con todos sus públicos, y también tiene un rol de gran importancia a la hora de manejar y gestionar a sus equipos.
Te mostramos por qué importan, y cómo han influido en toda tu vida laboral sin que ni siquiera lo notes.
El management de las empresas hace 40 años o más era realmente distinto a lo que tenemos ahora. Los tipos de gestión organizativa han evolucionado junto con los tiempos, y a lo largo del siglo XX hubo cambios que han cambiado completamente la forma de trabajar y el liderazgo mismo en cada empresa.
Tus abuelos y bisabuelos tuvieron tipos de managemente diferentes que han cambiado según la época. Te los presentamos:
Este tipo de management es por el que las generaciones más antiguas tienen una filosofía de trabajo completamente diferente a la nuestra. La gestión empresarial aquí fue la que se dio a partir de la revolución industrial, cuando se masificó la producción y la idea era solo vender, vender y vender.
Como lo más importante era producir en masa para que la mayor parte de los consumidores tuvieran los productos, la gestión de las empresas se daba a través de instrucciones. El jefe decía qué se debía hacer, y el empleado debía cumplir con esa orden a cabalidad. Era así de simple y, para entonces, efectivo.
Olvídate del coaching, desarrollo personal, o beneficios corporativos. Al inicio de todo, el management no existía, solo estaba la relación jefe – empleado. Incluso el mercado mismo no exigía mayores cosas en términos de calidad o competencia. Eran pocas empresas que producían en masa para un público que aceptaba todo lo que les entregaban.
En los años 60 se vivió el renacer de filosofías más humanistas, consecuencia directa de los estragos de la segunda guerra mundial y la tensión constante de un posible apocalipsis nuclear de la guerra fría. El mundo había cambiado, y las formas de gestionar las empresas no se quedaron atrás, aunque no tuvo nada que ver con el humanismo.
El management por objetivos se impuso al entrar más competidores con el transcurso de los años. Nuevas empresas traían productos mejorados, de mejor calidad, y como consecuencia las empresas debieron tener como prioridad mejorar la calidad de sus productos, la forma de entregarlos, o incluso estandarizar precios para poder mantenerse a flote.
La gestión empresarial por objetivos cambió la relación entre el jefe y el empleado. Ya no se trataba simplemente de seguir instrucciones, ahora la dinámica competitiva obligaba a que desde arriba de la pirámide organizacional se establecieran objetivos claros que debían alcanzarse en un plazo específico.
El establecer objetivos necesariamente significaba que el trabajo debía ser profesional. Con el management por objetivos se reemplazó a las instrucciones por objetivos específicos dando por hecho que el empleado contaba con un conocimiento profesional previo y con una formación inicial para poder desempañarlo.
Este management es la evolución de lo que tus pobres antepasados vivieron durante mucho tiempo. Es la terminación de las viejas prácticas de dar órdenes, o de solo establecer objetivos y vigilar que se cumplan. A finales de los años ochenta y principios de los noventa, después de muchas teorías al respecto, varias empresas iniciaron una priorización de la gestión por valores en su día a día.
La evolución de este tipo de gestión empresarial está ligada a que, a pesar de que alcanzar objetivos es un éxito asegurado, hay factores que no se tenían en cuenta y que empezaron a afectar el desempeño de las empresas. Vamos, que los empresarios se dieron cuenta de lo evidente: no solo se trata de establecer objetivos, también es de garantizar que el trabajo tiene significado.
Mediante el uso de los descubrimientos de las ciencias sociales y del comportamiento de los últimos años, la gestión por valores plantea basar el funcionamiento de la empresa y el trabajo en valores comunes. Confianza, calidad, respeto, entre muchos otros, son los que una empresa puede definir como suyos, y lo que espera de sus empleados. La misión y visión de una empresa están ligados a esto, ya que marcan su sentido de existencia y el camino que quieren tomar.
Hay que tener en cuenta que el management por valores no se trata de un reemplazo del management por objetivos, sino que se trata de una herramienta de liderazgo que puede usarse a todo nivel organizacional, y que ayuda la consecución de los objetivos garantizando tres cosas:
Entonces el management por objetivos es la evolución hacia un trabajo que no solo busca que el trabajador cumpla con una instrucción, sino que busca que el empleado alcance un objetivo siguiendo unos valores comunes entre toda la empresa, garantizando compromiso y calidad. Es pasar de un jefe a un líder. Simple, orientativo y seguro.
Ahora que ya sabes por qué los valores de la empresa no son solo retóricos, mantente atento a nuestro blog. Pronto te compartiremos más información sobre el management por values, y como puede ser una herramienta estratégica bastante útil en tu empresa.