El cambio constante es una regla en el mundo moderno, y cómo gestionarlo es importante para que no signifique la tormenta perfecta en tu organización.
Imagina que en tu empresa están a punto de hacer un cambio estructural enorme. No se trata solamente de un sencillo cambio en un proceso, tampoco es una posición nueva, se trata de un cambio estructural que fusionará diferentes áreas y eliminará otras. Esto significa que habrá despidos, nuevos compañeros de trabajo y formas nuevas de hacer las cosas.
Estos cambios son comunes cada pocos años en grandes empresas, pero no necesariamente todos tienen que estar acostumbrados a ello. Todo cambio siempre tendrá sus opositores, y su reacción no es equivocada, ya que es una respuesta natural de la mente frente a cosas que percibimos que funcionan bien. Después de todo, si funciona bien, ¿para qué cambiarlo?
Pero es deber de la empresa y de sus líderes impulsar este cambio y que sea procesado de la mejor forma por todos. Ejemplos de las consecuencias de una mala gestión hay muchos, como el que te dimos de Medium y su intento de cambiar su modelo de organización, o en términos más populares, también está reflejado en Star Wars, cuando los rebeldes no supieron hacer una buena transición de un imperio a una república, naciendo de eso la Primera Orden.
Los cambios son muchos y de distintos tipos, por eso las recomendaciones que aquí te vamos a dar te pueden servir como una guía, pero debes adaptarlas dependiendo del tipo de cambio, el número de empleados afectados, y la dimensión de este.
Sigue estos consejos para manejar de la mejor forma el cambio dentro de tu organización.
El éxito de una buena gestión del cambio es dar prioridad a los empleados. Son ellos los que impulsan el cambio y mantienen su impulso. Todo proceso de cambio no será exitoso sí las personas implicadas no entienden, creen o se comprometen con el proceso.
Los líderes facilitan el cambio cuando involucran a los empleados, y lo logran a través de la comunicación proactiva, creando un deseo de cambio en todos. Las iniciativas de cambio están destinadas a fracasar si las personas no creen en ellas y no son motivadas por otros.
Cuando se trata de cambios a gran escala, los líderes de las empresas se enfrentan a la cultura de la empresa, al impulso colectivo y a la psicología humana. Para que el cambio se produzca, necesitan las herramientas adecuadas para guiarlos. Para esto existen los modelos de gestión del cambio, que ayudan a los líderes a conectar la estrategia empresarial con acciones específicas.
Hay una gran variedad de modelos de gestión del cambio para elegir. Si nos ponemos académicos, puedes googlear el modelo ADKAR de Prosci, o los modelos de gestión de cambio de Lewin o de Kotter. Cada modelo varía, pero todos siguen principios básicos similares de identificación de necesidades y planificación e implementación del cambio. Identifica el que mejor te sirva, y úsalo como la guía necesaria para tu proceso.
La comunicación es quizá una de las cosas más importantes para un proceso de cambio exitoso. Una visión del cambio es tan poderosa como la comunicación que la respalda. Una comunicación eficaz aclara por qué es necesario el cambio y moviliza a los empleados con un sentido de comunidad hacia un mismo fin.
Esto no se trata solo de una transferencia de información. Requiere compromiso, claridad y coherencia. Debes involucrar a los empleados a través de métodos de comunicación bidireccionales, como encuestas, grupos de discusión y recopilación de comentarios informales. Sí involucras a los empleados, éstos se sentirán valorados, y así es más probable que acepten y participen en el cambio.
La comunicación bidireccional también ayuda a los líderes a identificar las barreras al cambio antes de que se conviertan en un problema.
El impacto del liderazgo en el cambio es algo bien conocido. El problema es que muchos líderes no entienden el papel vital que desempeñan en el cambio. Si se educa a los líderes en su papel, se les permitirá impulsar el cambio con éxito.
Ten en cuenta que los líderes deben ser responsables de alcanzar los objetivos del cambio de principio a fin; ayudar a la organización a entender e interpretar lo que el cambio significa para sus equipos, la organización y el mercado; asegurar de que los que posibilitan el cambio sigan participando activamente y mantener el tren en las vías y están preparados para cambiar de dirección, elegir un nuevo camino o crear un nuevo enfoque si es necesario.
Los empleados entenderán mejor los motivos de un cambio sí das prioridad a una comunicación decidida, clara y coherente. Esto te dará el contexto para entender el por qué, el qué y el para qué del cambio. Tu estrategia debería responder a la pregunta más importante que se hace la gente: ¿Qué significa esto para mí? ¿Cómo afectará a mi trabajo? Con una comprensión más profunda y clara del cambio, es mucho más probable que los empleados pregunten: "¿Cómo puedo ayudar?"
Habrá altibajos durante el proceso de cambio. Durante los momentos altos, procura celebrar las victorias para alimentar el impulso. En los momentos bajos, puedes reajustar las estrategias de comunicación para escuchar las opiniones de los empleados y crear confianza y apoyo. Ser proactivo te ayudará a gestionar el impulso para lograr el mayor éxito.
La resistencia al cambio es venenosa para cualquier proceso de transformación y es mucho más fácil de contrarrestar cuando se identifica pronto. Presta mucha atención a los signos de resistencia al cambio como la inacción, la procrastinación, la retención de información y la difusión de rumores. Crea maneras de comunicarte con los empleados, como encuestas, canales de retroalimentación y reuniones para identificar proactivamente los signos de resistencia y tomar medidas rápidas.
El cambio es el alma de las organizaciones exitosas y en crecimiento, y el corazón del cambio son las personas. El mundo nunca para de cambiar, y por eso es importante entender cómo hacer de tu cambio una ventaja para tu empresa. No querrás terminar con opositores que te hagan la vida imposible, como le pasó a cierta república interplanetaria hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana.