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900 838 649Más allá de su popularidad y beneficios, la Inteligencia Artificial también tiene retos a ser considerados cuando se trata de seguridad digital.
Muchos están ilusionados con el metaverso pero, ¿es realmente algo para emocionarse?
A principios de noviembre del año pasado el mundo estaba prendado del streaming en donde Facebook anunciaba sus futuros avances como compañía para el futuro. Recordemos que la empresa norteamericana de Mark Zuckerberg, además de ser la propietaria de las redes sociales más populares del mundo, también hace desarrollos tecnológicos.
Aunque estos desarrollos tienen más popularidad dentro de Estados Unidos que afuera, el evento no fue noticia solo por los lanzamientos próximos de la compañía, sino por algo en particular: Facebook a partir de ese momento se iba a llamar Meta.
Para varios alrededores del mundo la movida del cambio de nombre fue más motivada por un necesario lavado de imagen luego de meses de impopularidad por la ineficacia de la red social en detener bulos y la desinformación. Aún así, el cambio también sugiere una nueva apuesta que la empresa de Zuckerberg está haciendo para su compañía: el metaverso.
Aquí te contaremos en qué consiste este metaverso, qué es verdad y qué ficción, y por qué debería importarte lo que un millonario poderoso está prometiendo con tus fantasías friquis.
Te proponemos un ejercicio para ayudarte a entender de lo vago y complejo que puede ser el término "metaverso”: Reemplaza mentalmente la palabra "metaverso" en una oración por "ciberespacio". El noventa por ciento de las veces significará lo mismo. Esto se debe a que el término no se refiere realmente a un tipo específico de tecnología, sino a un cambio en la forma en que interactuamos con la tecnología.
En términos generales, las tecnologías que conforman el metaverso pueden incluir la realidad virtual (RV) -caracterizada por mundos virtuales que siguen existiendo incluso cuando no se está jugando- así como la realidad aumentada (RA) que combina aspectos de los mundos digital y físico.
Sin embargo, no es necesario que se acceda a esos espacios exclusivamente a través de la RV o la RA. Un mundo virtual, como las funcionalidades de Fortnite a los que se puede acceder a través de PC, videoconsolas e incluso teléfonos, podría ser metaversal.
Aunque mola, si hablamos de metaverso nos referimos a un futuro (cercano, en las previsiones más optimistas). Así que no esperes una simple actualización de tus Oculus que hará que te puedas conectar al metaverso próximamente.
Todo el metaverso también se traduce en una economía digital, donde los usuarios pueden crear, comprar y vender bienes. En las visiones más idealistas del metaverso, es interoperable, lo que permite llevar objetos virtuales como ropa o coches de una plataforma a otra.
En el mundo real, puedes comprar una camisa en el centro comercial y llevarla al cine. Ahora mismo, la mayoría de las plataformas tienen identidades virtuales, avatares e inventarios vinculados a una sola plataforma, pero un metaverso podría permitirte crear un personaje que puedas llevar a todas partes con la misma facilidad con la que puedes copiar tu foto de perfil de una red social a otra.
¿Pero todo esto ya no existe? Sí, pero la visión futurista del metaverso que tiene Facebook (recordad que ahora se llama Meta) permitiría que todos nos pudiéramos conectar con nuestros avatars y skins usados y comprados en otras plataformas, en escenarios virtuales accesibles para todos.
Casas virtuales para que quedes virtualmente con tus amigos, o reuniones virtuales de trabajo a las que puedas asistir sin necesidad de moverte de tu casa. Sería básicamente como vivir en una versión rudimentaria del mundo presentado en la película Ready Player One, o la mismísima Mátrix. El sueño friqui por excelencia.
Las tecnologías actuales son solo infraestructuras para ese metaverso ideal, pero el camino por delante aún es, como el termino mismo, bastante vago.
Hay limitaciones que pueden ser imposibles de superar. Cuando empresas tecnológicas como Microsoft o Meta muestran vídeos ficticios de sus visiones del futuro, a menudo tienden a pasar por alto cómo interactuará la gente con el metaverso.
Los cascos de RV siguen siendo muy toscos y la mayoría de las personas sufren mareos o dolores físicos si los llevan puestos demasiado tiempo. Las gafas de realidad aumentada se enfrentan a un problema similar, además de la cuestión no insignificante de averiguar cómo la gente puede llevarlas en público sin parecer tontos.
En los videos introductorios al metaverso de Facebook se mostraban hologramas de personas presentes en eventos físicos, mientras su cuerpo está en la comodidad de su casa. ¿Es realmente posible esperar esto? La respuesta rápida es que no. Simplemente no es posible ni siquiera con versiones muy avanzadas de la tecnología existente.
A diferencia de los avatares digitales con seguimiento de movimiento, que ahora mismo son un poco chungos pero que podrían ser mejores algún día, no hay ninguna versión chunga de hacer aparecer una imagen tridimensional en el aire sin escenarios muy controlados. No importa lo que te diga Iron Man.
Ya tenemos MMO que son esencialmente mundos virtuales enteros, conciertos digitales, videollamadas con gente de todo el mundo, avatares en línea y plataformas de e-commerce. Así que para vender estas cosas como una nueva visión del mundo, tiene que haber algún elemento que sea nuevo.
Es inevitable usar nuestras referencias friquis para describir un mundo de realidad virtual en el que todo el mundo trabaja, juega y compra. Si lo mezclas con la idea general de la cultura pop de los hologramas y las pantallas de visualización, estas historias sirven como punto de referencia imaginativo de cómo podría ser el metaverso, uno que las empresas tecnológicas podrían vender como algo nuevo.
Es importante tener en cuenta todo este contexto porque, aunque es tentador comparar las ideas del metaverso que tenemos hoy en día con el Internet primitivo y asumir que todo mejorará y progresará de forma lineal, eso no es una certeza.
No hay ninguna garantía de que la gente quiera pasar el rato sin piernas en una oficina virtual o jugar al póquer con un Mark Zuckerberg animado tipo Pixar, y mucho menos de que la tecnología de RV y RA llegue a ser lo suficientemente fluida como para ser tan común como lo son hoy los smartphones y los ordenadores.
Por ahora, la idea del metaverso es la mejora y masificación de la tecnología que ya existe. Incluso el mismo Meta (antes Facebook) admite que llevarán por lo menos 10 años (de nuevo, en el escenario más optimista) y desarrollos de muchas otras compañías, para poder tener algo digno de mostrar.
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