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Seis formas de optimizar costes de almacenamiento en la nube

Aunque parezca económico, la nube podría salirte muy cara si no consideras varios aspectos.


Trasladar los datos a la nube puede ser una buena forma de ahorrar dinero en tu empresa. Con costes que se miden en meros centavos por gigabyte, el almacenamiento en la nube puede ser mucho menos costoso (por no mencionar que es más fiable y fácil de gestionar) que la infraestructura de almacenamiento local.

Sin embargo, esos céntimos por gigabyte se acumulan con el tiempo. Si no tienes cuidado de controlar tus costes de almacenamiento en la nube, puedes acabar con una factura total de almacenamiento que supere tu presupuesto.

Hoy te compartimos las mejores prácticas para minimizar los costes de almacenamiento en la nube sin sacrificar la fiabilidad y el rendimiento del almacenamiento.

Nuestro servicio Adamo Business marca la diferencia: ¿te contamos más?

1. Elige un servicio de almacenamiento en la nube de bajo coste

Probablemente, la mejor manera de reducir el coste total del almacenamiento en la nube es asegurarse de elegir la plataforma de almacenamiento de menor coste desde el principio.

En muchos casos, esto significará elegir un proveedor de nube "alternativo", en lugar de una de las "tres grandes" nubes públicas. Amazon Web Services (AWS), Microsoft Azure y Google Cloud Platform (GCP) ofrecen servicios de almacenamiento asequibles, pero es probable que encuentre mejores precios en los proveedores de la nube especializados en almacenamiento. Wasabi y Backblaze, por ejemplo, cuentan con precios de almacenamiento que son una fracción de los de las nubes más grandes.

La advertencia aquí es que los proveedores de almacenamiento en la nube alternativos pueden no ofrecer todas las características que necesitas. Por lo general, solo ofrecen almacenamiento de objetos equivalente a servicios como AWS S3 y Azure Blob Storage. No suelen ofrecer almacenamiento en bloque ni la amplia selección de bases de datos que puedes encontrar en una plataforma en la nube de las Tres Grandes, ni tampoco ofrecen otros tipos de servicios en la nube, como máquinas virtuales, que quizá quieras ejecutar en la misma nube donde almacenas tus datos.

2. Elige el servicio de almacenamiento adecuado

Si optas por almacenar los datos en una nube que ofrece varios tipos de servicios de almacenamiento, asegúrate de elegir el tipo de almacenamiento más rentable para tus necesidades.

El almacenamiento de objetos es la forma más sencilla y económica de almacenar datos en la nube. Pero, dependiendo de lo que hagas con los datos, puedes conseguir un coste total menor utilizando una opción de almacenamiento diferente.

Por ejemplo, los datos que necesitan ser procesados de una forma determinada pueden almacenarse mejor en una base de datos, donde pueden estructurarse de forma que se reduzca el tiempo (y, por extensión, el dinero) que tus aplicaciones dedican a ingerirlos y analizarlos. Con el almacenamiento de objetos, se tiene poca capacidad para estructurar los datos, lo que hace más caro el análisis.

Elige el servicio de almacenamiento adecuado

3. Aprovecha los niveles de almacenamiento

En muchas plataformas de nube pública los servicios de almacenamiento de objetos están disponibles en diferentes "clases" (el término que utilizan AWS y GCP) o "niveles" (la terminología de Azure). La clase o nivel de almacenamiento estándar es el más caro. Se puede ahorrar dinero si se opta por almacenar los datos en un nivel de menor coste. El concepto aquí es bastante similar a las estrategias de almacenamiento por niveles en las instalaciones.

La contrapartida suele ser que las opciones de almacenamiento de menor coste ofrecen niveles de rendimiento inferiores. Los datos almacenados en estos niveles no son accesibles de forma instantánea; su lectura puede tardar desde varios minutos hasta varias horas. Dependiendo de lo que hagas con tus datos, los niveles o clases de almacenamiento de menor coste pueden ser o no una buena forma de reducir tu gasto en almacenamiento en la nube.

4. Utiliza políticas de ciclo de vida de los datos en la nube

¿Qué pasa si necesitas que tus datos estén en una clase de almacenamiento estándar algunas veces, pero otras no? Ahí es donde entran en juego las políticas del ciclo de vida de los datos. En la mayoría de las principales nubes públicas, puedes escribir políticas que migran automáticamente los datos de una clase o nivel de almacenamiento a otro. Estas políticas te ahorran dinero al garantizar que no mantiene los datos en una clase de mayor coste durante más tiempo del necesario.

Esta es una buena manera de reducir los costes de almacenamiento en la nube si, por ejemplo, tienes datos de registro que inicialmente necesitas mantener accesibles en caso de que tengas que consultarlos para solucionar problemas.

Utiliza políticas de ciclo de vida de los datos en la nube

5. Sé inteligente con la fiabilidad de los datos

Proteger los datos contra la indisponibilidad temporal o la pérdida permanente suele ser una prioridad para cualquier empresa. Incluso puede ser una de las razones por las que se trasladan los datos a la nube en primer lugar: Creer que la nube será más fiable que su infraestructura local.

Es importante equilibrar la fiabilidad de los datos con el coste. Los niveles de disponibilidad por defecto que ofrecen la mayoría de los proveedores de la nube son bastante buenos. Por otro lado, puede que necesites aún más fiabilidad. En ese caso, puedes optar por duplicar tus datos en varias zonas o regiones de disponibilidad de la nube, o incluso almacenar copias redundantes en diferentes nubes.

Al hacerlo esto, aumentarás las posibilidades de que tus datos sigan estando seguros y disponibles en caso de que falle la infraestructura de la nube. Pero también aumentará sustancialmente tus costes de almacenamiento. Sea cual sea el enfoque que adoptes, asegúrate de hacer un análisis de coste-beneficio para confirmar que el gasto merece la pena.

6. No almacenes más datos de los que necesitas

Este punto debería ser obvio, pero dada la facilidad con la que se suben los datos a la nube y lo difícil que es hacer un seguimiento de ellos una vez que están allí, es posible que, sin quererlo, acabes con entornos de nube hinchados y llenos de datos que ya no necesitas conservar o que deberían volver a trasladarse a las instalaciones.

Para protegerte de este tipo de riesgos, asegúrate de comprender la arquitectura de tu estrategia de almacenamiento en la nube y de saber qué datos viven en cada lugar. También puedes utilizar las funciones de etiquetado que incorporan la mayoría de los servicios de almacenamiento en la nube para etiquetar los datos y facilitar su localización.

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