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900 838 649Más allá de su popularidad y beneficios, la Inteligencia Artificial también tiene retos a ser considerados cuando se trata de seguridad digital.
Manejar los riesgos a los que estará expuesta tu organización es tan importante como defenderte de ellos.
La seguridad de la información se ha convertido en una función vital para todas las empresas, más aún teniendo en cuenta la transformación digital y la aparición de normativas más estrictas sobre la privacidad de los datos. Los ciberataques siguen siendo el principal peligro para los datos y la información de las empresas.
La seguridad de la información se ha convertido en una función vital para todas las empresas, más aún teniendo en cuenta la transformación digital y la aparición de normativas más estrictas sobre la privacidad de los datos. Los ciberataques siguen siendo el principal peligro para los datos y la información de las empresas.
Las evaluaciones de riesgo y de vulnerabilidad son los dos métodos utilizados en la seguridad de la información para comprender las principales fuentes de amenaza. Ambos son fundamentales para establecer el origen de las amenazas a la confidencialidad, integridad e integridad y la disponibilidad de la información, así como para determinar el curso de acción.
Para que la gestión de riesgos sea eficaz, las empresas deben tratar de influir en los resultados futuros mediante comportamientos proactivos en lugar de reactivos. Cuando se hace correctamente se reducirá la probabilidad de que se produzca un riesgo y, sí efectivamente se produce, se podrá aliviar su impacto.
La gestión de riesgos abarca la identificación, la evaluación y el control de posibles amenazas de las organizaciones o sus recursos. Estos peligros pueden provenir de varias fuentes, como la responsabilidad legal, las catástrofes naturales, los accidentes, los problemas financieros y los errores en la gestión estratégica.
Las amenazas IT se han convertido en una gran preocupación grande para las empresas con presencia digital. Por ello, los planes de gestión de riesgos modernos suelen incluir procedimientos para identificar y controlar las amenazas a los recursos digitales, incluidos los datos de los clientes, la propiedad intelectual y los activos patentados de la empresa.
Independientemente del sector en el que operes, hay amenazas que pueden costar una cantidad considerable de dinero o reputación, pudiendo llevar a la desaparición de tu empresa. El objetivo de la gestión de riesgos es reconocer y neutralizar estas amenazas antes de que se produzcan.
La evaluación del riesgo debe ser considerada simplemente como un enfoque cualitativo utilizado para resolver problemas mediante la utilización de herramientas para clasificarlos y abordarlos.
Las cuatro fases son:
Una buena manera de identificar las amenazas es a través de una lluvia de ideas. Reúne a tus trabajadores más brillantes e imaginativos, que colaborarán y plantearán varios tipos de amenazas que podrían poner a tu empresa en peligro.
Una vez hecho esto, hay que clasificar cada amenaza en función de su gravedad y nivel de prioridad. Dado que mitigar todos los riesgos es relativamente imposible, lo mejor es priorizar los riesgos con más posibilidades de manifestarse.
La resolución de problemas tradicional implica determinar el problema y buscar una solución viable. Sin embargo, podría ser más prudente para la evaluación de riesgos identificar la causa de un riesgo. Para ello, puedes empezar preguntándote qué ha provocado ese riesgo y cómo puede repercutir negativamente en el funcionamiento de tu organización.
Una vez que hayas evaluado e identificado las amenazas potenciales más importantes para tu organización, ahora tienes que identificar una forma de resolverlas. Deberás responder a dos preguntas: ¿qué medidas deben tomarse para evitar que esto ocurra? ¿Qué acciones se pueden llevar a cabo para garantizar que no se repita en el futuro?
De nada sirve resolver un problema para que vuelva a aparecer en el futuro. Algunas amenazas son tan frecuentes que si se presentan una segunda o tercera vez, el daño causado podría ser tan importante que tu organización nunca se recuperará.
En la mayoría de los casos, esto significa que no basta con resolver el problema una vez. La mejor manera de protegerse es desarrollar planes de contingencia que puedan desplegarse rápidamente si estas insistentes amenazas surgen en el futuro.
Con demasiada frecuencia, tanto individuos como organizaciones se limitan a medidas temporales que pueden aliviar el problema a corto plazo, pero que no resuelven el problema de fondo. La mayoría de las empresas optan por este enfoque para ahorrar dinero.
Sin embargo, en estos casos, lo que suele ocurrir es que el problema se agrava hasta que se produce lo peor. En ese momento, la organización se ve obligada a gastar mucho más dinero y recursos de los que hubieran sido necesarios si lo hubieran resuelto antes.
Por ejemplo, un propietario puede arreglar temporalmente algo en el apartamento de su inquilino para evitar costes. Con el tiempo, el problema hace metástasis hasta el punto de que se produce un desastre mayor. El propietario se ve obligado a gastar una gran suma de dinero para arreglarlo. Puede perder a su inquilino y los ingresos del alquiler al mismo tiempo.
Una vez que implantes un sistema de gestión de riesgos en tu empresa, puedes utilizar varias técnicas diferentes para mitigarlos. Como la siguientes:
Aunque no es realista evitar todos los riesgos posibles, es un objetivo por el que deberías trabajar siempre. El propósito de evitar es desviar el mayor número posible de amenazas para prevenir los problemas y las pérdidas financieras que se derivan de esto.
Después de evitar el riesgo por completo, lo siguiente mejor es reducir su impacto. Esto significa que tu empresa sufrirá cierto grado de daño. Sin embargo, como has tomado medidas para aliviar el impacto, el daño no será tan grave como lo sería si no hubieses hecho nada.
Otra opción es compartir los riesgos que se produzcan de un evento potencial, distribuyéndolos entre varios participantes o departamentos. Como en el caso de la reducción, se producirán algunos daños pero la buena noticia es que ninguna de las partes sufrirá en exceso, ya que es compartido.
Una variación de este enfoque consiste en distribuir el riesgo utilizando a terceros socios comerciales o proveedores. Sin embargo, exponer a un individuo o grupo a riesgos que desconoce es poco ético, por lo que este método debes aplicarlo con cuidado.
Cuando una organización decide que algunos riesgos merecen la pena, puede aceptar las consecuencias. Este método es habitual cuando el beneficio esperado es mayor que el coste del riesgo.
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